Somos un colectivo integrado por familiares de detenidos desaparecidos, sobrevivientes de centros clandestinos de detención y defensores de derechos humanos. Nuestra agrupación surge de la necesidad de enfrentar la impunidad que aún se mantiene alrededor de los crímenes de lesa humanidad, en el marco del delito de genocidio.
Si no se condena a todos los responsables de delitos de lesa humanidad, la impunidad será una conspiración del silencio en torno a estos hechos aberrantes. El país perdería la oportunidad de derrotar la doctrina que los inspiró y de instaurar la solidaridad y la participación política real que es indispensable para el desarrollo de una sociedad libre y democrática. Señalar la Verdad y hacer Justicia no es retroceder sino avanzar hacia una sociedad participativa, solidaria y comprometida con la defensa de los Derechos Humanos.
Observamos que el actual sistema que implementa la Justicia Federal no conduce a la recuperación de la verdad ni condena a los genocidas; al contrario, el "desguace" de las causas (tratar cada una por separado) lleva a una distorsión de los hechos históricos y produce una demora en los procesos que de hecho lleva al "punto final biológico" para los responsables del genocidio.
Al no indagar a todos los militares, policías y civiles que participaron de la represión, se continúa aplicando la "obediencia debida", dejando libres a todos aquellos represores de menor jerarquía.
Como consecuencia de tal impunidad hay represores que siguen en actividad, amedrentando y agrediendo a testigos, abogados y fiscales. El ejemplo más trágico es la desaparición de Julio López, hace ya casi dos años.
A todo ello se suma la falta de asignación de recursos económicos, técnicos y humanos para facilitar la celeridad de los procesos.
Por todo lo anterior creemos que es fundamental seguir reclamando la unificación de las causas contra los genocidas, la aceleración de los procesos, y el llamado a inmediata indagatoria a todos los implicados en la represión. Consideramos que, para que ninguna muerte quede impune, es necesario el reconocimiento del circuito represivo lo cual permitirá determinar que el Arsenal Miguel de Azcuénaga fue un centro de detención y exterminio masivo.
De una vez por todas, queremos que se termine la impunidad de los responsables del delito de genocidio.
Organización: Pablo Fernández, Laura Figueroa, Silvia Frías, Alejandra García Aráoz, Augusto Medina, Celia Medina, Margarita Obeid, Graciela Osores, Sara Paverini, Aurora Pisarello, Valeria Totongi, Rubén Kotler.
